Sin embargo yo voy a romper una lanza por Facebook y las demás (que por supuesto ni necesitan de mi ayuda ni les importa, pues cuentan, como todos sabemos, con gente de peso que canta sus virtudes, dando contra punto por punto a todo lo que dicen sus detractores). Mi lanza es quizás un poco distinta, pues mis argumentos son de poco peso y de hipótesis que no me apetece tampoco contrastar.
Creo sinceramente que los Me gusta de Facebook, los +1 de Google, los favoritos de Twitter, etc. cumplen una función social y educativa de primer orden que es de perentoria necesidad en el mundo de la docencia (y, en concreto, de los equipos docentes): generan lazos, cohesionan grupos, fortalecen interrelaciones, ayudan a la exteriorización de las emociones y a eliminar los falsos pudores que tantas veces dificultan las relaciones sociales. Son enriquecedores, humildificantes y modestizadores, y nada en absoluto narcisitas o egocéntricos. En fin, que antes de dar un título de profesor, convendría hacer un "stage" obligatorio y eliminatorio en una red social: esto sin duda redundaría en beneficio de los equipos docentes del futuro, en su cohesión, capacidad de comunicación e intercambio, trabajo compartido, capacidad de negociación, exteriorización de las emociones, verbalización de las opiniones, refuerzo positivo y capacidad de asumir mejoras, comentarios y aportaciones de los otros, etc.
O sea, que no le veo más que ventajas para las salas de profesores.
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